Tras Night of Champions, Edu nos deleita con su punto de vista sobre algunos asuntos que se vienen vislumbrando en la WWE durante las últimas semanas...
* EL MAL USO DE LOS TÍTULOS:
A los que todavía disfrutamos del "lado romántico" del Wrestling en lo que a sus campeones se refiere, nos gusta pensar que dichos campeones han sido recompensados por la compañía para la que trabajan ganando sus títulos como recompensa a su trabajo, a su esfuerzo como profesionales y a su regularidad logrando mantener un buen nivel de calidad en todos sus combates o intervenciones. Aunque hablamos de un espectáculo cuyos resultados están predeterminados, muchos todavía intentamos mantener viva la sensación de que los títulos son recompensas al trabajo de los profesionales y, por ello, premios realmente merecidos al rendimiento y a la capacidad de agradar al público de un wrestler. Sin embargo (y como ocurre con cualquier otra industria destinada al entretenimiento como pueda ser el cine o la televisión), ganar dinero y tener beneficios que te permitan, precisamente, seguir manteniendo tu actividad y tu compañía en pie se convierte en un objetivo casi primordial que, en muchas ocasiones, choca frontalmente con este "lado romántico" de los títulos que a los puristas nos gusta intentar seguir manteniendo vivo.
La competencia en la industria del entretenimiento es feroz y, en más de una vez, un luchador no especialmente capaz ni con méritos realmente destacables sobre un ring logra alcanzar un campeonato por estrictas necesidades comerciales, ya sea porque vende muchas camisetas o porque hace subir los ratings de audiencia televisiva, más que porque, realmente, ese luchador esté cuajando buenas actuaciones o dejando grandes combates. Con tanta competencia televisiva en el mundo del entertaiment y con tanta necesidad para las compañías de tener beneficios y ratings, se hace difícil, pues, mantener vivo este "lado romántico" del negocio cuando un campeón lo es más por sus ventas de merchandising que por sus méritos reales como atleta y actor, aunque, de todas maneras, afortunadamente aun a día de hoy es posible ser testigo de campeones que realmente se lo merecen y que han alcanzado sus campeonatos por su duro esfuerzo y trabajo, y no por una decisión meramente comercial que beneficie a los ratings o a las ganancias de la empresa. Todos tenemos aun en la memoria aquel infausto recuerdo de ver al actor David Arquette como Campeón Mundial de los Pesos Pesados en una de las decisiones de bookers y directivas más lamentables de la historia de esta bendita industria, amplificada por el hecho de que Arquette carecía de cualquier preparación mínima como wrestler profesional (y que marcó el principio del fin para la extinta WCW, sobre todo porque era tomada contra la voluntad del propio Arquette al que, según se cuenta, tampoco le parecía una idea excesivamente apropiada). Se pensó que algo así funcionaría y ayudaría a sacar de la crisis a dicha compañía ya moribunda en esos momentos; sin embargo, lejos de funcionar, esa estrambótica decisión hizo que muchos de los pocos seguidores que aun eran fieles a la empresa le acabaran dando la espalda, de lo que pudimos deducir que ese "lado romántico" del que hablo aun debe salvaguardarse en la medida de lo posible en cualquier promoción de Wrestling, por mucho que los intereses comerciales a la hora de seleccionar campeones, en ocasiones, pesen demasiado y dificulten que así sea (a nivel empresarial habría que buscar un equilibrio no siempre sencillo).
Por otro lado, otro de los errores más comunes que se cometen actualmente con respecto a los títulos (y que también menoscaba el prestigio de los mismos) es el utilizarlos para darle push (hacer subir de status) a un luchador, poniendo dicho campeonato en las manos de un luchador demasiado deprisa para hacerle subir de status o darlo a conocer al público lo más rápidamente posible, destrozando totalmente el concepto de "recompensa" que debería tener un título y haciendo que los campeonatos se conviertan en meros instrumentos de promoción inicial para un wrestler. A día de hoy tenemos dos ejemplos recientes de este "mal uso" de los títulos en la WWE; el primero de ellos protagonizado por Melina que, tras retornar de una seria lesión que la ha mantenido alejada de los cuadriláteros durante un periodo de tiempo bastante largo, ganaba el Título de Divas a las primeras de cambio nada más regresar de su lesión y cuando, lógicamente, aún la Diva se encontraba en bastante baja forma tras tanto tiempo de inactividad (botcheando bastantes lances y dando peleas francamente pobres). Se percibe claramente con este ejemplo ese mal uso del título al que me refería antes: a Melina se le "regala" el Título de Divas para ponerla en la cima de la división femenina nada más regresar de su lesión (por cuestiones comerciales o por necesidades del roster de llenar un vacío que exista en ese momento a esos niveles) en lugar de dejar pasar un tiempo, analizar el rendimiento de la Diva y decidir si realmente merece ostentar dicho trofeo según el trabajo desempeñado sobre el ring. Es cierto que, posteriormente, el Título de Divas se unificaba y que Melina era derrotada por Michelle McCool para dejarla con las manos vacías en el reciente Night of Champions (haciendo así parte de "justicia" con respecto al aún muy discreto nivel físico y de trabajo de Melina, lógico tras su lesión), pero sirve igualmente este ejemplo para ilustrar lo que quiero decir y como ese "lado romántico" se ve obligado a convivir con ese otro lado de "necesidades comerciales" en la industria del Wrestling a día de hoy. Otro ejemplo reciente de un uso no excesivamente acertado de un campeonato lo tenemos en el también unificado hace poco Título de Parejas; nadie duda de que Cody Rhodes y Drew McIntyre parecen formar una pareja interesante que tal vez pueda generar cierta calidad, pero es que ni siquiera hemos podido confirmar este extremo analizando sus peleas cuando, de repente, ya tenían en sus manos el Título de Parejas también en el pasado Night of Champions tras llevar trabajando juntos como Tag Team apenas unas semanas. Otro ejemplo de usar un título para pushear y para "poner en el mapa" a alguien en vez de como "recompensa a un buen rendimiento": Rhodes y McIntyre reciben el título como manera de pushear al nuevo dúo de cara a su nuevo futuro juntos, en lugar de como recompensa a su trabajo en equipo (que apenas acaba de comenzar). Maniobras como esta son siempre arriesgadas porque, si por vicisitudes del negocio, ahora la pareja no funciona como se espera y acaba separándose prematuramente, el único perjudicado será el prestigio del título mismo, que tendrá ya en su palmarés para siempre presente a una pareja que, en su día, no demostró demasiado por poseerle, marcando así una mancha indeleble y permanente en su historial.
Mientras tanto, seguiremos asistiendo a ese duelo constante que se da en el Wrestling moderno y actual entre su "lado romántico" (por ver quien realmente merece ser campeón por méritos atléticos o carisma) y su "lado comercial" (impuesto por las necesidades televisivas de audiencia y beneficios), sobre todo cuando ambos "lados" no recaigan sobre un mismo wrestler (cosa que ocurre a veces para aumentar los quebraderos de cabeza para las compañías y para aquellos que toman las decisiones).
* CHRIS JERICHO, UNA RARA AVIS DEL NEGOCIO:
Motivado por hablar anteriormente de la "parte romántica" de la industria y conociendo los rumores de que la continuidad de Jericho en la WWE se encuentra en entredicho una vez finalice su actual contrato con la compañía (en Octubre), me veo casi en la obligación de hablar del canadiense en la columna de este mes. Como contaba antes, los resultados de las peleas y los actuales campeones van seleccionándose en la industria según una extraña mezcla entre las necesidades comerciales actuales y la recompensa al trabajo y a la regularidad de los profesionales, generándose así un "daño colateral" inexorable que consiste en el hecho de que, cuando hay un ganador o un campeón, existe indefectiblemente a su vez un derrotado o un ex-campeón que ve su status inevitablemente mermado dentro de los fuertemente jerarquizados vestuarios dentro del mundo del wrestling una vez se decide que dicho wrestler debe morder el polvo (a veces también de forma merecida por bajo rendimiento o mal momento de forma de un profesional concreto, dándose para el derrotado el fenómeno justamente contrario al que hacía referencia con respecto a los ganadores y/o campeones).
Si seleccionar a un ganador puede ser complicado por ese "choque" entre intereses comerciales de una compañía y méritos reales de un atleta, seleccionar al perdedor tampoco es moco de pavo, pudiendo ser tanto o más complejo que elegir a los vencedores. Si una compañía decide que un wrestler debe ascender de status encadenando una serie de triunfos o derrotando a un wrestler de mayor status que él, el inconveniente existente es que esos wrestlers derrotados van a ver sus respectivos status mermados a su vez, por lo que no deben ser seleccionados a la ligera para evitar dañar en exceso la credibilidad de otros elementos de un roster (sobre todo cuando hablamos de niveles ya importantes y alejados de la zona jobber o lowcarder). Como vemos, la vida de los promotores, bookers y directivos no es nada fácil, aunque durante los últimos años Jericho siempre ha estado ahí para facilitarle muy mucho las cosas a dichos colectivos. La Real Academia de la Lengua Española define "Rara Avis" como, textualmente, " Persona o cosa conceptuada como singular excepción de una regla cualquiera", definición que, en estos asuntos, encaja como anillo al dedo en el caso de Chris Jericho y que le ha convertido, por ello, en un elemento de incalculable valor durante los últimos años para la WWE como compañía (unido al hecho de que, sobre el ring, es uno de los profesionales más solventes y con más calidad del negocio, por si eso fuera poco). Y es que no importa cuantas veces le hagan morder el polvo, cuantas veces le "humillen" o cuantas derrotas acumule: por alguna extraña razón que no alcanzo a discernir, el status y la credibilidad de Jericho permanecen inalterables por mucha derrota que acumule, algo inaudito que le convierte, como digo, en toda una "rara avis" de la industria. En las mismas condiciones, otros wrestlers habrían visto reducido su status a cenizas para acabar codeándose con jobbers si hubieran atravesado las situaciones y las tesituras por las que los guionistas han "obligado" a pasar al canadiense. Sin embargo, Jericho se las apaña para continuar manteniendo su nivel, su apariencia de "siempre peligroso", y la sensación de que siempre está en la cima u orbitando dicha cima, ocurra lo que ocurra.
¿Conclusión?: Jericho se convierte en un "comodín" invaluable para los bookers porque, si hay que pushear o aumentar el status de alguien, con Jericho lo consigues fácilmente con una victoria contra él (que siempre da bastante caché), una buena pelea sobre el ring y, por si todo eso no fuera ya suficiente, sin que su status se vea apenas perjudicado, ya que igualmente seguirán oyéndose gritos de "Y2J" en las arenas e igualmente seguirá siendo uno de los wrestlers mejor considerados y más respetados por mucha derrota que se le endose y por muy despreciable se desempeñe como personaje Heel. Sin duda un diamante en bruto de valor incalculable para cualquier compañía, que haría mal dejándole escapar. A día de hoy, existen rumores de que el canadiense no ha firmado aun la renovación de su contrato (que finaliza, aproximadamente, en un mes), desconociéndose si eso se debe a que el luchador no está conforme con las condiciones de dicho contrato o si, por el contrario, se debe a que el polifacético wrestler quiera tomarse un tiempo fuera del Wrestling para dedicarse a otros proyectos como Fozzy, su banda de heavy metal en la que ocupa el puesto de vocalista y a la que también intenta dedicarle el mayor tiempo posible (por no hablar del que será ya su segundo libro y que no debe tardar demasiado en ser publicado). Veremos como acaba este asunto.
* ... Y PARA LOS PESIMISTAS CON RESPECTO AL FUTURO:
Decirles que The Miz y Daniel Bryan, dos de los jóvenes valores mas prometedores actualmente entre las filas de los McMahon, dieron el mejor combate del último PPV ("Night of Champions") por encima de la plana mayor de veteranos que estuvieron casi todos también presentes en el show. Un dato muy ilusionante que casi nos garantiza que ya hay gente en la compañía capaz de montar buenas historias y capaz de dar buenos combates una vez los Kane, Takers, Cenas, Edges, Jerichos y demás veteranos vayan abandonando la industria para dejarles paso a ellos. Y lo que es más importante: no es un deseo o una especulación, es ya una realidad porque es algo que YA esta ocurriendo, y lo vimos con nuestros propios ojos en dicho PPV. Combatazo de ambos jóvenes (de largo el mejor de la noche, insisto) y, para terminar de redondear, victoria justa que corona a Daniel Bryan como nuevo Campeón de los EE.UU. en la misma noche que debutaba en un PPV de la WWE, todo un placer para los que amamos ese "lado romántico" del Wrestling (recurrente en la columna de este mes, sin duda) porque supone que un luchador que no agrada nada al dueño de la compañía (físicamente es la antítesis de los gustos de Vince) sea, sin embargo, reconocido y premiado por su innegable habilidad y técnica como wrestler alcanzando un título midcarder la noche en la que se "estrenaba" en un PPV. Resulta evidente que el relevo generacional está prácticamente garantizado, cosa que supone una gran noticia para todos.
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wow, otra vez te fajas edu... de acuerdo contigo en los tres puntos.
ResponderEliminarWWE is JERICHOOO..
Genial Edu :). Lo de Jericho yo creo que viene simplemente porque mantiene un nivel muy sólido en las peleas, pase lo que pase, y eso supongo que hace mucho a su favor.
ResponderEliminarJericho es el luchador mas completo en la actualidad, a su calidad tecnica en el ring (al nivel de los mejores) hay que sumarle que como enterteiner es posiblemente el mejor de la compañia, aun recuerdo la NXT season 1 cuando se entrometía en los comentarios de Cole y Matheews...nadie combina como el todas las carcterísticas para ser un Dios del wrestling. Por ello nadie jobbea de una manera tan elegante como para despues de perder un feudo con un midcarder, ponerle en el main event por el WWE championship y que parezca lo mas logico.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena por la columna, una redacción maravillosa. Y en cuanto al análisis estoy completamente de acuerdo ;)
ResponderEliminarGracias por tu trabajo.
Exacto, Cool, sin haber llegado a ser el número 1 mediáticamente tal vez sea el tío que domine mejor todos los palos, tanto como face o heel.
ResponderEliminarJericho a ratos me recuerda a lo mejor de Terry Funk, un tío que lo ganó TODO, en solitario y parejas, arrasó los 70 en Japón, barrió los 90 en ECW, jobbeó para crear nuevas estrellas que acabaron consagrándose y, si hacemos caso a lo que dice Foley en su Hardcore Diaries, podría haber supuesto la historia definitiva para WWE. Todo ello aderezado con una capacidad técnica asombrosa y un micrófono brutal.
ResponderEliminarJericho es la definición de wrestling, del wrestling de verdad.
Muy bien artículo, sí señor.
ResponderEliminarYo solo espero que Y2J se retire como lo que es, todo un campeón, y que le reconozcan toda su labor. El suyo debe ser un retiro dorado, con alfombra roja y salvas de Rey. Él es la definición perfecta de Wrestling.
Y2J, SAVE US!!!