Llega uno de los análisis más esperados de cada PPV: En este caso, el de JJ con Royal Rumble 2011. Adelante!!!
Llegaba el PPV más espectacular de la WWE en un marco de indefinición peligrosa. Todos los aficionados llevamos tiempo preguntándonos si la multinacional americana estaba acertando en sus últimas decisiones ( incluso desde diariowrestling se abrió un vivo debate sobre si WWE había tomado la medida o no a los nuevos tiempos). Pasados unos días, calmada la pasión pero aún fresco el recuerdo, a mi juicio estas fueron las claves de la Royal de 2011:
1.- Edge: Tomar parte en un combate de apertura no debe ser tarea fácil; has de lograr calentar a un público generalmente indiferente, con la cabeza puesta en un main event largamente esperado y que todavía no ha podido entrar en calor. Si ese main event es una Royal Rumble, la cuestión se complica. Y encima, uno de los cotendientes… era Edge. El canadiense no atraviesa uno de sus mejores momentos; la edad y la próxima retirada que se avizora en un futuro no muy lejano, lastran su rendimiento en el ring. Es, por otro lado, un luchador más técnico de lo que en principio se podría pensar. Y el combate comenzó lento, pesado… Nada que no supiéramos. Sin embargo, el cambio se produjo: el ritmo fue in crescendo, Ziggler y Edge dieron un verdadero recital, una lucha con clase, de verdadera categoría. Mi reconocimiento por Edge, por un verdadero main eventer que cuando – como espectador- lo has dado todo por perdido es capaz de sacar de la nada una lucha que demuestra por qué ha sido uno de los luchadores más importantes de la última década de la WWE.
2.- La mentalidad americana. O "Bussiness is bussiness". Los americanos saben diferenciar la vida personal de los negocios. Esta mentalidad tiene sus cosas positivas, como una profesionalidad a ultranza, pero también tiene su lado negativo, como puede ser cierta hipocresía o deslealtad sentimentaloide. ¿Cómo explicarse que un Diesel o un Booker T que retrocediendo levemente en el calendario ponían a caldo los planteamientos de esta federación, ahora acogían fervorosos la idea de volver a tomar parte en uno de los eventos más característicos de la misma? Por mi parte, nada que reprochar. La gente aplaudió y jaleó a los dos wrestlers, la vuelta de los hijos pródigos. Y la búsqueda de la excelencia en el resultado al margen de las rencillas personales tiene estas cosas. Pero.. ¿no saben a poco estos nombres? ¿no esperábamos la vuelta de alguien más actual?
3.- Imprevisión. O ultra-previsión. ¿Para qué inflar artificialmente el número de participantes? ¿Por qué Orton o Ziggler vuelven a entrar en el ring cuando ya habían cumplido con sus deberes, si no es para hacer algo grande? Pensamiento automático imprevisión. Reflexión con más detenimiento: ultra-previsión, y en el aire una hipótesis.. quizá ese número tan amplio estaba preparado para negociar futuras incorporaciones, y tras no haber llegado a acuerdos puntuales tiraron del plan B. Quizá en los próximos días o en algún libro de memorias nos enteraremos.
4.- La nueva hornada pega fuerte. Nos queda la incógnita de qué hubiera pasado si un C.M. Punk en plenas condiciones físicas hubiera tirado este verano de las riendas de los Nexus. Con él en el ring todo es diferente y todo puede pasar. Era un verdadero placer ver cómo dirigía a sus compañeros dentro del ring. El enfrentamiento con Bryan provocó una respuesta atronadora y entusiasta en el respetable. Ziggler, Kingston, el propio Morrison que se ha sacudido la modorra de la falta de personalidad y está alcanzando un nivel de empatía en el encordado antes desconocido… Es cierto que faltan engranar algunas piezas, o alguna vieja gloria o fichaje que refuerce el lado más comercial, pero hay futuro. Y de mucha calidad.
5.- Alberto del Río. WWE ha apostado fuerte por la juventud en esta nueva etapa. Un Alberto del Río ganador de toda una Royal Rumble, o en su momento un Jack Swagger coronándose como ganador del MITB de Wrestlemania sería impensable años atrás. Pero todavía no han sabido hallar la fórmula. El final de este evento podría haber sido tan grandioso como en 1992. Todos los aficionados, especialmente los más jóvenes, llevaban tiempo discutiendo si ganaría Hogan o Sid, cuando un Rick Flair, más tramposo y embaucador que nunca, nos dejó a todos atónitos. Dos Caras Jr. ha entrado por la puerta grande en la lucha libre americana, pero su triunfo merecía haber sido de otra forma. Le faltó épica a este main event, y le sobró en ocasiones un cierto grado de infantilismo que es difícilmente tolerable. Estamos hablando de una competición que ni siquiera han ganado nombres tan grandes como Chris Jericho. Y claro, ganarla tras lanzar fuera del ring a Santino Marella, la devalúa.
Conclusión: sabor agridulce para un evento que fue entretenido pero al que le faltó ese alma.. en ocasiones excesivamente infantil (¿era necesario que Hornswoggle estuviera tanto tiempo en el ring?), en otras esperanzador, y en algunos momentos espectacular (Morrison). WWE sigue buscando afinar las teclas de su piano. Sin grandes nombres ni grandes presupuestos tira de cantera y de nuevos mercados, busca giros sorprendentes en los resultados finales. Los resultados espectaculares llegarán… pero aún se ven lejos, demasiado lejos.
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9/2/11
The Real Double J: Royal Rumble
Autor: Santi Liébana |
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Pedazo de post, en serio. Muy de acuerdo en TODO, no le cambio ni una coma. A mi Edge me encanta, es un main event del que nunca me canso, capaz de dejarse la piel en un hardcore match o un tlc (como antaño), darte una promo de llorar o levantarte del sillon con sus retornos (esto parece una bobada pero creo que no todo el mundo consigue causar tanta impresion como el canadiense).
ResponderEliminarLo que mas de acuerdo estoy es en lo de Ziggler y Orton. El primero me encanta y el segundo da mucho juego en estos combates, pero sinceramente me lleve una decepcion cuando salieron. Uno espera en los ultimos participantes sorpresas, y mas cuando son 40 luchadores; en cambio darle protagonismo en la recta final a ellos dos y quitarselo a posibles ganadores en las quinielas como Punk o Morrison creo que descafeinó el final levemente.
si; totalmente de acuerdo Cool
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