The Real Double J opina sobre...

Night of Champions. Desde luego, la situación que se nos ha dado esta semana es surrealista: Un PPV dos semanas después de otro y con una gira de por medio, luego se quejan de bajada de ventas. Ahí va el resumen de nuestro amigo "The Real Double J".

Septiembre: Todo acaba, todo empieza de nuevo. Si Summerslam supone la gran fiesta donde culmina el verano, el invierno frío abre sus puertas en la WWE con la noche de los campeones, un PPV que nació con la idea de relanzar un evento sin caracterización temática, un poco perdido y en tierra de nadie, Vengeance. En la encrucijada actual, con la megalomanía de crear nuevos pago-por-visión de simples gimmick matches, y descafeinando los combates para hacerse tolerables al nuevo universo políticamente correcto de McMahon y compañía, la duda era si Night of Champions sería capaz de encontrar su singularidad, o atraer al espectador a algo inédito, impensado y original. A mi juicio es de destacar lo siguiente:

La motivación.- ¿Tiene sentido poner en liza todos los títulos hoy en día? ¿Resulta un espectáculo lo suficientemente atrayente para el espectador? Edu en su artículo apuntaba un dato fundamental: los cinturones antes jugaban un papel esencial. O bien caracterizaban al luchador, o suponían una escala gradual, y así Bret "Hitman" pasó de ser un gran campeón Intercontinental a “el campeón Mundial”. Hoy en día se han convertido en juguetes en manos de los bookers, están al servicio de las historias y rivalidades y se han desnaturalizado. Sonrojo causa pensar en cómo manejan la división de parejas, y náuseas ver como algunos cinturones desaparecen y reaparecen como el Guadiana, se parten como el de mujeres, o se unifican, al dictado del momento, de lo provisional. ¿Qué valor tiene entonces que una persona gane un cinturón de los pesos pesados? Ninguno. Si quieren que Night of Champions sea un PPV importante, denle a los cinturones la importancia que se merecen. Y si no, no se extrañen que a la gente le dé exactamente igual que un luchador gane o pierda un cinturón, es lo que ustedes han provocado..

Daniel Bryan.- Nunca he ocultado la predilección que siento por Bryan Danielson. Los que seguimos ROH lo hemos disfrutado sobre el ring y sabemos de lo que es capaz. ¿Cómo no recordarlo luchando con un ojo emparchado después de haber sufrido un desprendimiento de retina? La duda era si sería capaz de adaptarse al estilo McMahon, menos lucha y más caracterización del personaje, por decir algo. Como los grandes jugadores de fútbol son capaces de brillar en cualquier posición del campo, Bryan tiene facultades de sobra para brillar en esta o en cualquier otra promoción. Así como otros wrestlers en situaciones parecidas -Desmond Wolfe- parecen haberse atrancado y les está costando arrancar en sus nuevos cometidos, Danielson se maneja con soltura en su nuevo personaje. Pero va a necesitar aprender algo que si que es propio de los grandes luchadores que han hecho historia en esta federación, desde el Hitman a Undertaker, desde Hogan a Shawn Michaels: dosificarse. El combate ha de durar 20 minutos y si aprende a graduar la intensidad y saber acelerar y frenar en el momento oportuno, está llamando con fuerza a las puertas de la gloria.

Por cierto, un excelente luchador nos demostró un 24 de junio de 2007 cómo se puede alcanzar la excelencia dentro del ring, como profesional, y , sin embargo, descarrilar su salud mental hasta desbordar los límites más oscuros de la indignidad humana. Danielson tiene el referente de Benoit: algunas de sus llaves más características, su discutida expulsión por estrangular a un rival en RAW, su dominio de la técnica y ahora el cinturón de los Estados Unidos. El referente está claro. El hombre muere, se borra de la memoria, pero su estilo de lucha permanece. La vida nos hace indignos pero la lucha y el recuerdo nos redime. Welcome Bryan.

No ha pasado nada. Y probablemente sea lo mejor que se pueda decir. No pasó nada pero pasó mucho. Undertaker y Kane seguirán luchando y la historia se mantiene intacta, CM Punk sigue brillando sin su mejorable séquito. El combate final fue, cuanto menos, entretenido. El PPV dio la sensación de ser uno más, pero ameno y llevadero. Sin embargo, la realidad golpea: nos ha vuelto a abandonar Jericho. El canadiense vuelve a ponernos los cuernos a los amantes de la lucha con la guitarra eléctrica. Nuestros respetos y los deseos de que esta retirada no sea definitiva. Nos quedamos con un insano deseo: ojalá su nuevo disco no tenga tanto éxito que nos impida volverlo a ver ejecutando un salto del león.

Los detalles. No todo es lucha en la lucha libre. Hay pequeños detalles que crean el clima, que nos sumerge en la atmósfera irrepetible de estar presenciando un espectáculo real y sugerente. Por ejemplo: Miz ha perdido el cinturón de los Estados Unidos, está apoyado sobre las cuerdas y está a punto de echar unas lágrimas. Son estos detalles los que hacen que un luchador marque la diferencia. Y por eso The Miz avanza imparablemente hacia el Main Event.

Hulk Hogan en el quirófano..

WWE, obligado por las circunstancias, está apostando por el carisma, la juventud y por desarrollar nuevos argumentos. Este PPV sin ser para lanzar cohetes tuvo muy buenos momentos. Frente a la monotonía y la sequía de hace apenas dos años, pienso que estamos ante un gran momento creativo; otras federaciones están peligrosamente anquilosándose, han perdido su referente, y rebuscan en un pasado que no les corresponde y que –desgraciadamente- se encuentra ya demasiado lejos para renacer. Nuestros respetos al veterano luchador y un deseo de pronta recuperación. TNA está también en la camilla del quirófano y necesita de una urgente operación vida o muerte. Y necesitamos que recobre pronto la salud. Porque la lucha libre es combate, competencia. Y sin dos federaciones fuertes nuestro futuro será el aburrimiento y la reiteración : el fin del espectáculo.


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